~~~ desde la raíz ~~~

~~~ desde la raíz ~~~ en Pichidegua

~~~ desde la raíz ~~~
Aproximación al bosque esclerófilo

Yto Aranda
Rao Caya, Alhué 2024 – 2025

~~~ desde la raíz ~~~ es una instalación inmersiva que invita a imaginar el bosque esclerófilo desde su interior oculto: el subsuelo. Mediante una estructura tejida que integra luz, interacción táctil, sonido y olores propios del bosque, la obra recrea la red subterránea de raíces y micorrizas como un sistema sensible y activo, capaz de responder al contacto del público y revelar su funcionamiento interconectado de intercambio y cooperación.

Inspirada en investigaciones científicas sobre la sensibilidad vegetal, la obra pone en escena la inteligencia del mundo natural, donde las plantas no solo perciben y se comunican, sino que también sostienen la vida mediante relaciones basadas en el cuidado y la reciprocidad. La luz se convierte en código, el sonido se asocia a la vida, y el cuerpo visitante se integra como una extensión sensible de esta red en constante transformación.

Las 24 pinturas electrónicas, organizadas en tres bloques —planeta raíz, simbiosis-micorrizas y agua raíz—, invitan a imaginar el mundo subterráneo desde distintas perspectivas. Esta experiencia se amplifica con un video que documenta visualmente el bosque real, conectando la instalación con su territorio de origen. En su conjunto, “~~~ desde la raíz ~~~” entrelaza arte, ciencia y tecnología en una experiencia transmedial que desestabiliza la mirada antropocéntrica, revelando el mundo vegetal como un sistema complejo, sensible e interconectado, del cual depende la vida de otras especies, incluida la humana.


ver bitácora del proceso de la obra ~~~ desde la raíz ~~~


Comunicar con el bosque:
tecnologías vivas y artes mediales

Por Valentina Montero
Curadora, investigadora y docente

En la historia de las artes mediales en Chile, el nombre de Yto Aranda aparece como el de una de las primeras artistas que se atrevió a experimentar con los lenguajes electrónicos, y en particular con los informáticos vinculados al uso de la computadora. Intuitivamente, su práctica resonaba con lo que Lev Manovich, uno de los teóricos más influyentes de los estudios de medios, señalaba: “hoy asistimos al surgimiento de un nuevo medio, que es el meta-medio del ordenador digital y, a diferencia de lo que pasó hace cien años, somos plenamente conscientes de la importancia de esta revolución” (2005, p. 49). En ese contexto, Internet emergía no solo como una gran base de datos -condición hoy explotada y capitalizada por las inteligencias artificiales-, sino también como un territorio fértil para la experimentación artística. Yto, heredera de las prácticas del arte postal, percibió desde muy temprano que la red digital abría estas posibilidades inéditas para la creación, pero sobre todo desde su potencial de comunicación: intercambios, correspondencias, experimentos en comunidad.

Dentro de la familia de las artes mediales se la recuerda como una figura clave en la creación de redes: una gestora y mediadora que convocaba a artistas emergentes; se integraba en talleres de electrónica y programación, y promovía espacios de intercambio donde lo técnico se volvía inseparable de lo colectivo. En esa misma línea, fue fundadora de la revista web Escáner Cultural —aún vigente—, un espacio donde artistas y teóricos ensayaban nuevas formas de narrar las estéticas emergentes, desde perspectivas entusiastas pero también críticas y reflexivas. Su trabajo pionero en los años noventa y dos mil consolidó así una impronta basada en la experimentación y en la construcción de comunidad, donde la tecnología nunca fue un mero soporte, sino un lenguaje crítico, poético y profundamente relacional.

Ese impulso inicial -la necesidad de explorar las condiciones de posibilidad de la comunicación- ha seguido operando como motor en su obra, aunque hoy se despliega en coordenadas aparentemente opuestas: del bit al barro, de la pantalla a la tierra húmeda, de la luz fría de los monitores al calor persistente del sol sobre las hojas duras del bosque esclerófilo. Este tránsito no representa un abandono de la dimensión medial, sino su radicalización en otro registro: el de las redes vivas, subterráneas y aéreas, que conectan árboles, hongos y microorganismos en un sistema que comunica, coopera y resiste.

Como sugiere Timothy Morton, el concepto de naturaleza debiera darse por obsoleto. El ser humano ya no puede pensarse como una identidad separada del entorno. “La Naturaleza es un concepto planteado desde un prisma antropocéntrico. Está diseñado para los humanos, así que no es directamente relevante para hablar de ecología”, afirmaba en 2016. Bajo su visión, que coincide con las cosmovisiones indígenas, el entorno se vuelve un entretejido donde se descompone la barrera entre lo natural y lo cultural, por lo tanto no caben las murallas. Para Morton una crítica ecológica debe liberarse de la bifurcación entre naturaleza y civilización. 

T. J. Demos advierte sobre el uso ideológico del término “Antropoceno”, que sustenta una narrativa complaciente basada en el capitalismo verde, mientras que según su visión, el arte puede operar como espacio para proponer “alternativas creativas… formas de vivir -de modo radicalmente democrático- regidas por el intercambio no capitalista o una economía del compartir”(2023).
En tal sentido las prácticas artísticas -antes que las teorías críticas- han sabido reformular sus estrategias acercándose a las entidades orgánicas y minerales, desde otras poéticas ambientales. La obra de Yto resuena profundamente con estas reflexiones: al disolver la distancia entre bosque y espectador, entre raíz y red digital.  

Su obra se inscribe también en el tejido más amplio de las prácticas en artes mediales y ecología en América Latina. Artistas de distintas latitudes han denunciado el extractivismo digital y ambiental desde ópticas que no solo provienen de la ecocrítica de los países del norte, sino que están vinculadas a las sensibilidades locales, sobre todo indígenas. 

El bosque esclerófilo, ecosistema endémico de la zona central de Chile, se ha transformado en el espacio vital y creativo de Yto durante la última década. Allí, en Rao Caya -espacio creado junto a su compañero, el artista Omar Gatica-, la artista ha observado, registrado y habitado la vida del bosque hasta convertirla en materia y medio de su trabajo. La obra ~~~ desde la raíz ~~~  elude representar el bosque como un paisaje exterior, sino que busca recrear desde adentro sus dinámicas invisibles: las raíces que se entrelazan, las micorrizas que transmiten nutrientes, los ciclos de agua que sostienen la vida.

Para la 17 Bienal de Artes Mediales propone una instalación inmersiva que integra tejido, luz, sonido, video y sensores, configurando una experiencia sensorial que desestabiliza la mirada antropocéntrica. En lugar de mostrar el bosque como objeto de contemplación, invita a los visitantes a integrarse como parte de la red, a escuchar su respiración subterránea, a participar en el intercambio simbiótico que sostiene la vida. Así, la obra insiste en que la comunicación -aquello que siempre ha obsesionado a Yto- no se reduce a flujos de información entre humanos, sino que se amplía a los intercambios silenciosos y persistentes del mundo vegetal.


Su propuesta resuena con la visión de Elvira Espejo, artista, narradora y directora del Museo Nacional de Etnografía y Folklore de Bolivia, quien avisa contra la monocultura epistémica. Ella afirma que “las comunidades, desde la praxis, han desarrollado otras formas de conocimiento, como la cultura visual, táctil o sensorial” y subraya que “es muy importante comprender la diversidad de pensamientos y no caer fácilmente en… la monoculturización” (2023). En muchas culturas andinas, el “sentipensamiento” -la fusión de razón y sentimiento- abre horizontes donde la acción artística se convierte en cuidado, escucha y función comunitaria. Esta sensibilidad está en el corazón del trabajo de Yto, cuya práctica intenta integrar saberes plurales, en diálogo con lo vivo y lo técnico.

En un tiempo de crisis climática y de agotamiento de los modelos de desarrollo, el gesto artístico de Yto propone otras formas de coexistencia entre tecnologías y entornos más-que-humanos. Las fibras de yute iluminadas por leds, los registros audiovisuales del bosque y las pinturas electrónicas que forman parte de la instalación son, en el fondo, una metáfora expandida de esa pregunta que atraviesa su trayectoria: ¿cómo comunicarnos de un modo distinto, capaz de inventar alianzas insólitas y de sostener la vida?

Aquí resulta fundamental precisar por qué prefiero hablar de más-que-humano en lugar de no-humano. La fórmula negativa insiste en definir a los otros seres desde la carencia -como aquello que no es humano- y reproduce así la dicotomía clásica entre cultura y naturaleza. En cambio, más-que-humano desplaza esa frontera y abre un horizonte relacional: no se trata de lo que queda fuera, sino de reconocer que lo humano es solo un nodo en una red de interdependencias, atravesado y sostenido por múltiples formas de vida y de agencia. Elegir esta expresión es un gesto ético y epistemológico, porque permite narrar ecologías de continuidades y co-agencias en lugar de oposiciones binarias. En el marco del arte contemporáneo, hablar de lo más-que-humano abre un horizonte de imaginación política y estética: pensar alianzas, interdependencias y coexistencias sin reducir a los otros seres a un lugar subordinado, o meramente negativo.

Estas preocupaciones conectan al trabajo de Yto a un entramado latinoamericano sobre todo de mujeres artistas que se han desplazado desde lo digital hacia lo orgánico, reinventando la ecología medial desde el Sur. Artistas como Claudia González Godoy, Elisa Balmaceda, Nicole L’Huillier, Gabriela Munguía, Constanza Piña, Laura Nieves, son ejemplo de ello. Si bien el trabajo de Yto desplaza los bits al barro, esto no significa negar lo digital, sino expandirlo para incluir lo vegetal como interlocutor. La obra convoca a imaginar comunidades interespecie, tramas donde humanos, plantas, hongos y máquinas conviven en mutua dependencia.

La instalación ~~~desde la raíz ~~~ es un ensayo sensorial que articula arte, ciencia y tecnología para abrirnos a la sensibilidad del bosque. Un recordatorio de que la inteligencia no es patrimonio humano, sino una cualidad distribuida y plural. Y también una advertencia urgente: los bosques esclerófilos, únicos en el mundo, están amenazados por la minería, la expansión inmobiliaria y el cambio climático. Escuchar su voz -la vibración de las raíces, el murmullo de los hongos, el canto de las aves- es un acto de resistencia y cuidado.

Esta obra no se conforma con hablar del bosque, sino que habla con él. Se desprende de la vieja tradición representativa que buscaba, bajo la etiqueta de “paisaje” encuadrar la vida. Lo que Yto busca es hacer de su sensibilidad un medio para que la comunicación con “lo más que humano” se haga visible, audible, palpable. En un contexto donde la tecnocultura suele separarnos de lo vivo, el trabajo de Yto insiste en volver a enlazar dimensiones: bits y barro, pantallas y raíces, arte, vida y cuidados compartidos.

Referencias

  • Demos, T. J. (2016). Decolonizing Nature: Contemporary Art and the Politics of Ecology. Berlin: Sternberg Press.
  • Espejo, Elvira (2023). “Hay que comprender la diversidad y no caer en la monocultura”. Contacto Sur. Disponible en: https://www.contactosur.net/elvira-espejo-hay-que-comprender-la-diversidad-y-no-caer-en-la-monocultura/
  • Morton, Timothy (2007). Ecology without Nature: Rethinking Environmental Aesthetics. Cambridge, MA: Harvard University Press.
  • Morton, Timothy (2013). Hyperobjects: Philosophy and Ecology after the End of the World. Minneapolis: University of Minnesota Press.
  • Rolnik, Suely (2019). Esferas de la insurrección: Apuntes para descolonizar el inconsciente. Buenos Aires: Tinta Limón.
  • Santos, Boaventura de Sousa (2010). Descolonizar el saber, reinventar el poder. Montevideo: Trilce.
  • Simard, Suzanne (2021). Finding the Mother Tree: Discovering the Wisdom of the Forest. New York: Alfred A. Knopf.
  • Hui, Yuk (2020). Fragmentar el futuro: Ensayos sobre tecnodiversidad. Buenos Aires: Caja Negra.


El bosque esclerófilo chileno es un ecosistema antiguo, de gran valor endémico y extraordinaria capacidad de adaptación. A pesar de ser un refugio vital para su flora, fauna y funga, así como para el equilibrio ambiental y el ser humano, enfrenta un deterioro acelerado debido a la deforestación, el cambio climático, la minería y otras amenazas medioambientales.

Mientras la ciencia profundiza en el estudio de las redes subterráneas que conectan árboles y hongos, así como en la sensibilidad e inteligencia de las plantas, la artista Yto Aranda explora estos fenómenos, así como la resiliencia y diversidad del bosque esclerófilo, desde una perspectiva sensorial y artística.

A través de la luz, el sonido, la interacción y el vídeo, su obra ∼∼∼ desde la raíz ∼∼∼ no solo representa el bosque, sino que lo revive sensorialmente, invitando a los espectadores a experimentarlo, imaginar su complejidad y comprender la urgente necesidad de su conservación.

Una Inmersión Sensorial

Módulos de raíces de yute con sensores y luz

Inspirada en estudios científicos sobre la conectividad entre árboles a través de redes fúngicas, esta obra traduce visualmente estos intercambios a través del movimiento lumínico dentro del tejido de fibras de sisal. Los módulos recrean el entramado de raíces y micorrizas, integrando sensores que activan sonidos y cambios en la iluminación, generando una interacción directa con el espectador.

Sonido: Voces y paisajes sonoros

Grabaciones de aves, insectos, agua y otros sonidos ambientales se entrelazan con relatos en español y portugués que explican la ecología del bosque. Las voces guían al espectador a través de un viaje auditivo que revela al bosque como un organismo vivo.

Pinturas electrónicas

Veinticuatro pinturas electrónicas que evocan la belleza y la diversidad del bosque esclerófilo complementan la experiencia visual, sumergiendo al espectador en un entorno natural vibrante.

Video en loop

Proyectado en forma de un círculo de aproximadamente 2,5 metros de diámetro, el vídeo despliega imágenes de flora, fauna y funga capturadas en exploraciones en los bosques de Alhué, Chile. A través de una proyección continua se evoca la temporalidad del ecosistema, mostrando su transformación y dinamismo.

Exploraciones

Durante nueve años, la artista ha llevado a cabo un extenso proceso de observación, fotografía, filmación y grabación de sonidos en el bosque esclerófilo. Estas exploraciones incluyen el diálogo con habitantes locales y especialistas en ecología, enriqueciendo la investigación para revelar la enorme diversidad biológica del territorio. Parte de este material se encuentra disponible en la bitácora yto.cl/raiz

Objetivos

El propósito central de ~~~ desde la raíz ~~~ es transmitir la importancia, riqueza biológica e inteligencia del bosque esclerófilo. A través de la interacción con las raíces de yute, la experiencia sonora y las imágenes en vídeo, el espectador entra en contacto con un ecosistema que requiere atención para su preservación.

La instalación nos recuerda que bajo nuestros pies, el bosque sigue hablando. Escuchémoslo antes de que su voz se apague.

Investigación

Vivir, observar, investigar y crear en un bosque esclerófilo ha sido parte del desarrollo del proyecto Rao Caya (www.raocaya.cl), permitiendo un acercamiento tanto científico como sensorial a este ecosistema.

El bosque esclerófilo chileno es único en el mundo. Existen otros de clima mediterráneo, pero la geografía de Chile le otorga características particulares, con un alto nivel de endemismo.

El interés en este ecosistema abarca desde lo micro a lo macro, desde la profundidad del suelo hasta el calor y la luz del sol, donde árboles, hongos y microorganismos encuentran su espacio de desarrollo estableciendo redes de cooperación que sostienen la vida.

Investigaciones científicas recientes han demostrado que las plantas no son organismos pasivos, sino que poseen mecanismos de comunicación y adaptación sorprendentes. Según Stefano Mancuso (La Nación de las Plantas, 2019), “las plantas son organismos inteligentes, capaces de resolver problemas, aprender de la experiencia y recordar”.

En el bosque esclerófilo, esta inteligencia se manifiesta en la capacidad de los árboles para compartir agua y nutrientes a través de redes subterráneas de micorrizas, fortaleciendo la resiliencia del ecosistema. Suzanne Simard, en su investigación (Finding the Mother Tree, 2021), documenta cómo los árboles más antiguos, conocidos como “árboles madre”, desempeñan un papel crucial en la distribución de recursos y en la conexión con individuos más jóvenes, reforzando la idea del bosque como una comunidad interdependiente.

Las interacciones mutualistas también son esenciales en este entramado de vida. Líquenes, briófitas y musgos cumplen un rol clave en la captura y retención de agua, generando microhábitats que sostienen múltiples especies.

A través de la combinación de exploraciones de campo y estudios ecológicos, este proyecto busca visibilizar la complejidad de este ecosistema y fortalecer la noción de que su conservación es una responsabilidad compartida y urgente.

Bosque esclerófilo – Rao Caya

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Boceto de Vídeo

Propuesta visual para la proyección de video arte sobre muro instalación 2025.

El bosque esclerófilo chileno es un ecosistema único y valioso con características particulares.

  • Diversidad biológica: El bosque esclerófilo es uno de los ecosistemas más diversos en términos de flora y fauna. En Chile, se estima que alberga aproximadamente el 50% de las especies vegetales y animales del país.
  • Especies endémicas: Se encuentra una gran cantidad de especies endémicas, es decir, aquellas que son exclusivas de esta región. Estos bosques son hogar de muchas plantas y animales que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.
  • Clima mediterráneo: El bosque esclerófilo se adapta a un clima mediterráneo con estaciones secas y húmedas. Esto significa que la vegetación ha desarrollado adaptaciones para sobrevivir a periodos de sequía prolongados.
  • Especies emblemáticas: Entre las especies emblemáticas de este bosque se incluyen el quillay, el peumo, el boldo, la palma chilena y el litre, entre otros. Estas especies son fundamentales para el equilibrio ecológico de la región.
  • Pulmón verde y regulador climático: Actúa como un sumidero natural de carbono, absorbiendo CO₂ de la atmósfera y ayudando a mitigar el cambio climático. Su vegetación no solo regula la temperatura y la humedad dentro del bosque, sino que también influye en la estabilidad climática e hídrica de los ecosistemas y territorios vecinos, contribuyendo a la resiliencia ambiental de la zona central de Chile.
  • Amenazas: A pesar de su valor ecológico, el bosque esclerófilo enfrenta amenazas significativas, incluyendo la expansión agrícola, la tala, la urbanización y los incendios forestales. Estas amenazas han reducido en gran medida la extensión de este ecosistema.
  • Conservación: Varios esfuerzos de conservación se están llevando a cabo para proteger el bosque esclerófilo. Áreas protegidas, como parques nacionales y reservas naturales, juegan un papel fundamental en la preservación de este ecosistema.
  • Importancia hídrica: Estos bosques también desempeñan un papel crucial en la regulación de los recursos hídricos en Chile. Sus suelos actúan como esponjas naturales, almacenando agua y liberándola gradualmente, lo que es esencial para mitigar la escasez de agua en periodos secos.

Stefano Mancuso y las raíces, el «cerebro» oculto de las plantas

El bosque esclerófilo chileno es un tesoro de biodiversidad y una parte fundamental del patrimonio natural de Chile, lo que lo convierte en un ecosistema de importancia mundial. Su conservación es esencial para la protección de la diversidad biológica y la sostenibilidad de la región.

El neurobiólogo vegetal Stefano Mancuso es reconocido mundialmente por sus investigaciones sobre la inteligencia y sensibilidad de las plantas. Uno de sus principales enfoques ha sido el estudio de las raíces, que él describe como el «cerebro» distribuido de la planta. A diferencia de los animales, que poseen un sistema nervioso centralizado, las plantas han desarrollado un sistema descentralizado donde las raíces cumplen un rol fundamental en la percepción, comunicación y adaptación al entorno.

Las raíces no solo buscan agua y nutrientes, sino que también procesan información y toman decisiones. Son capaces de detectar la composición del suelo, anticipar la presencia de obstáculos y modificar su crecimiento en función de ello. Además, establecen redes de comunicación con otras plantas a través de señales químicas y eléctricas, coordinando su desarrollo y defensa ante amenazas. Esta capacidad de respuesta incluye un tipo de memoria, que les permite recordar experiencias previas, como la disponibilidad de recursos o la presencia de patógenos, y ajustar su comportamiento en consecuencia.

Los experimentos realizados por Mancuso y su equipo han demostrado que las raíces pueden percibir su entorno con una precisión sorprendente. Por ejemplo, han observado que las raíces detectan la presencia de barreras en el suelo antes de tocarlas y redirigen su crecimiento para evitarlas. También han comprobado que pueden identificar las zonas más ricas en nutrientes y expandirse en su dirección, maximizando la absorción de recursos. Otro hallazgo fascinante es la capacidad de las plantas para reconocer a sus parientes y modificar su comportamiento en función de ello, disminuyendo la competencia por recursos cuando crecen junto a individuos de la misma especie.

Uno de los aspectos más intrigantes de esta investigación es la relación simbiótica entre las raíces y los hongos micorrícicos. A través de estas asociaciones, las plantas pueden acceder a nutrientes y agua de manera más eficiente, mientras que los hongos reciben azúcares en un intercambio mutuamente beneficioso. Esta interconexión demuestra que las plantas no solo compiten, sino que también colaboran y establecen redes de cooperación que fortalecen la resiliencia del ecosistema.

Las implicaciones de estos descubrimientos son profundas. En el ámbito agrícola, comprender la inteligencia de las raíces puede conducir al desarrollo de técnicas de cultivo más eficientes y sostenibles, optimizando el uso de recursos naturales. En ecología, estos estudios nos permiten apreciar la complejidad de las interacciones entre las plantas y su entorno, lo que resulta clave para la conservación de los ecosistemas. Desde una perspectiva filosófica, la idea de una inteligencia vegetal distribuida desafía la visión antropocéntrica del mundo y nos invita a reconsiderar la naturaleza como un sistema interconectado, donde cada organismo juega un papel esencial en el equilibrio global.

Las investigaciones de Mancuso revelan un mundo subterráneo fascinante y complejo, donde las raíces no son simplemente estructuras de soporte, sino órganos altamente especializados que permiten a las plantas percibir, reaccionar y adaptarse al entorno. Esta visión nos obliga a mirar con nuevos ojos la inteligencia de la naturaleza y a reconocer que, aunque silenciosas, las plantas están constantemente comunicándose y tomando decisiones en una red de vida oculta a nuestros sentidos.

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